no tengas miedo
de caer en los infierno
porque ahí estaré yo
para estrecharte
en mis brazos ardiendo
y subirte
poco a poco
no al cielo
que para los imbéciles fue hecho
sino a los vientos
que guardo en mi pecho.
Ahora que estás callado
intentando averiguar
en que divago
me voy a posar
en tu boca
y en tus manos
en tus ojos
y en tu barro.
Sólo será un relámpago
lo necesario
para sentir que son míos
al menos
de cuando en cuando.
Mas no logro saciarme de ti
por más que te bebo
y esta sed áspera y seca
se va convirtiendo en temporal
con tu maldita ausencia. Cae amor en mis brazos...
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