sábado, 24 de diciembre de 2011

Coordenadas 44

Abandoné ya ese camino yermo
quedó atrás con su vida lloviendo
vino seco.
Ya dejé atrás ese sendero desierto.
Olvidé el tiempo del paso incierto
entre mis sueños añejos.
Aire de la mar trae este viento
todo fuerza en barlovento
húmedo y fresco como universo
cargado de la sabia del deseo.
Ese viento agita mi pelo
como el mejor de los besos.
Ni disfraz ni armadura evitan que penetre en mi cuerpo
dejando en el alma un reguero
con olor a salitre y romero.
Ahora germina el centeno
donde no hubiera nada al comienzo
excepto un triste intenso velero
con espejismos en su mastelero
bitácora de gigantes anhelos
censurados con dolor por instrumento.




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