viernes, 2 de diciembre de 2011

Si te entrego mi alma

Y volvió a amanecer



Mi alma
dulce y amarga
caverna oscura
de recodos plagada
¿cómo voy a entregártela
sin perder tu mirada?

Me has subido a una torre
alta y delgada
de la que voy a bajar
convertida en estatua
con dura coraza
con fría alma.

No sólo en estatua
en sucio hielo
en nieve vana
cuando conozcas
mi alma.

¿Cómo voy a entregártela?
¡Qué miedo a perder esta mirada
que ahora recorres por mi alma!
Sólo me queda
ocultártela
o iluminarla.

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