martes, 17 de enero de 2012

Fragata


Conquistado ya el farallón de mi silencio,
en triunfante éxtasis por tu asalto,
yacerás con tu mirada profunda sobre mí.
En esa noche no oscura,
salpicada de constelaciones curiosas
de este nuestro arrebato
y de una luna envidiosa
de este nuestro furor,
te sorprenderás realizando mágica mudanza
de mis rasgos, de mi figura,
que desdibujas desde mujer
a fragata Libertad.


En tu curiosidad temeraria,
bañándome de besos
que caten mi intenso sabor a salitre,
querrás constatar si esta fragata
ya se desvirgó en la mar.
Y finalizada ya esta jornada,
mañana en la mañana más temprana
querrás por encima de todo raptarla




hasta mar adentro
a fin de bautizar de nuevo a esta fragata.


Querrás que de nuevo la mar
querrás que de nuevo el viento
no sólo alcancen a esta fragata tuya
sino que la inunden
de aquella sensación de paz
de tus primeros tiempos.


Querrás tener viento fuerte en popa,
mejor temporal,
así acuda ella a refugiarse entre el timón
y tu persona
para aferrar sus velas contra esa rueda
para oler su humedad de mar abierta
para oprimir tu trinquete contra su quilla
para no soltarla
mientras navegas.

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