que en esta noche tranquila
el viento se estrelle con fuerza contra tus paredes
Sígueme |
porque no mandé brisa a acariciarte
ni ventolera que se lleve tus nubes
mande viento de temporal
para traerte
una noche más
aquí
a la orilla de mi anhelo.
No te extrañes, no
que en esa montaña tranquila
el vendaval te levante en el aire
porque no será ciclo quien te acerque
ni corceles que te encuentres
sino la furia de mi deseo convertida en aliento
para traerte
una mañana más
aquí
a la falda de mi anhelo.
No te extrañes, no
que la mar se levante arbolada a tu paso
con mis vientos de hasta treinta nudos arrullándola
porque está la mar ayudándome
como buena amante
lamiéndote los pies
la piel y el alma
para traerte
una tarde más
aquí
a la furia de mi anhelo.
No te extrañes, no
que la mar se levante arbolada a tu paso
con mis vientos de hasta treinta nudos arrullándola
porque está la mar ayudándome
como buena amante
lamiéndote los pies
la piel y el alma
para traerte
una tarde más
aquí
a la furia de mi anhelo.
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